Una startup es una apuesta. Diez son matemáticas.
El éxito no depende de las cartas que te tocan, sino de cuántas manos juegas. Te cuento por qué tratar tu carrera como un algoritmo de póker transforma el miedo en un juego de probabilidades.

Póquer, Probabilidad y la Regla del Diez: Por qué las Startups no son Arte
Imagina una mesa de póquer. Tienes dos cartas cubiertas, cinco cartas comunitarias sobre el tapete y una pila de fichas. Cada decisión —pasar, apostar, subir, retirarse— es una ejecución de lógica basada en información incompleta.
Ahora, imagina tu startup. Tienes una idea de producto, un mercado y un runway (tiempo de vida financiera). Cada decisión —lanzar, pivotar, contratar, despedir— es exactamente el mismo mecanismo.
Existe la idea errónea de que construir una empresa es una forma de arte, un golpe de genialidad reservado para los visionarios. Pero después de 10 años construyendo, fracasando y ocasionalmente ganando, he llegado a una conclusión diferente. No es arte. Es probabilidad.
Específicamente, es la intersección entre ejecución y matemáticas.
La mayoría de los fundadores primerizos juegan con su startup como si fuera un billete de lotería. Lo raspan, esperan que salgan tres cerezas y, si pierden, piensan que el juego está trucado. Pero los constructores e inversores experimentados juegan como profesionales de Texas Hold'em. No confían en la suerte; confían en un sistema.
El Algoritmo del Jugador de Póquer
Si observas a un jugador de póquer profesional, notarás algo aburrido: se retiran (fold) mucho. No persiguen la adrenalina de la apuesta; están ejecutando una estrategia.
Tienen un algoritmo en su cabeza. Evalúan la fuerza de su mano contra la textura de la mesa y el comportamiento del oponente. Calculan las probabilidades del bote (pot odds). Si el valor esperado (EV) es positivo, empujan las fichas al centro. Si es negativo, descartan sus cartas.
Aquí está la parte crucial: Un profesional puede jugar una mano perfectamente y aun así perder.
Esa es la naturaleza de la varianza. Pero saben que si toman la decisión matemáticamente correcta 1.000 veces, la ley de los grandes números garantiza que terminarán con más fichas de las que empezaron. Están optimizando constantemente su probabilidad.
En el mundo de las startups, tu "algoritmo" es tu capacidad de ejecución. Es tu velocidad de envío (shipping), tu habilidad para hablar con los usuarios, tu instinto para el diseño. Mientras construyes, no solo intentas ganar la mano; estás refinando tu algoritmo para tomar mejores decisiones la próxima vez.
La Teoría de Portafolio de los VC
Los inversores entienden este juego instintivamente, a menudo mejor que los fundadores. Tratan la asignación de capital como una estrategia de portafolio.
Un VC (Venture Capitalist) sabe que de cada 20 inversiones:
- 10 se irán a cero.
- 5 recuperarán el dinero.
- 4 darán retornos decentes.
- 1 será un unicornio.
Ese único "home run" no solo necesita tener éxito; necesita tener un éxito tan masivo que cubra las pérdidas de las otras 19 y devuelva el fondo. Esta es la Ley de Potencia (Power Law).
Los inversores no lloran cuando una empresa de su portafolio fracasa. Es solo una mano retirada. Están jugando el juego a largo plazo, confiando en su tesis (su método) para identificar a los ganadores con el tiempo. Apuestan a la distribución, no al resultado único.
El Dilema del Fundador (y la Solución)
Aquí es donde se vuelve doloroso para nosotros, los constructores. A diferencia de un VC que hace 20 apuestas a la vez, un fundador generalmente hace una apuesta cada 5 o 7 años. Vamos con todo (all-in) en una sola mano.
Cuando vas all-in, el costo emocional de una mala carta en el river (un colapso del mercado, un competidor, un lanzamiento fallido) es devastador. Se siente personal. Se siente como si tú fueras el fracaso.
Pero miremos esto a través de la lente del "Algoritmo del Fundador".
Tu metodología es tu ventaja.
Así como un jugador de póquer refina su estrategia, tú tienes tu caja de herramientas: principios de Lean Startup, desarrollo de MVP, Growth hacking, Descubrimiento de Clientes.
- El Reparto (The Deal): Detectas un problema (la mano).
- El Flop: Lanzas un MVP para tantear el terreno.
- El Turn: Obtienes datos. ¿Los usuarios lo odian? Pivota (Retírate). ¿Los usuarios lo aman? Dobla la apuesta (Sube).
- El River: Escalas o mueres.
Cada vez que pasas por este ciclo —lanzar, medir, aprender— estás actualizando tus probabilidades internas. Te estás volviendo mejor leyendo la mesa.
Por eso les digo a los nuevos fundadores: No te enamores de la mano. Enamórate del juego.
La Regla del Diez
Aquí está la verdad de la que nadie habla lo suficiente: Hacer una startup una vez es apostar. Hacerlo diez veces es una carrera.
Si construyes un producto y renuncias porque fracasó, eres un turista en el casino. Jugaste una mano, perdiste por un golpe de mala suerte y te fuiste quejando.
Pero si te comprometes con la vida de un constructor, las matemáticas cambian a tu favor.
Digamos que tu probabilidad de éxito en tu primera startup es del 5%. Eso es generoso. No sabes lo que estás haciendo. Sobre-ingenierizas el código, ignoras el marketing, le pones el precio equivocado.
Pero lanzas. Fracasas. Aprendes.
En tu segundo intento, tu probabilidad podría ser del 8%. Reutilizas algo de código. Tienes una pequeña lista de correos.
Para tu quinto intento, tienes una red de contactos, sabes cómo validar ideas en 48 horas y tienes una reputación. Tu probabilidad de éxito podría ser del 25%.
Si juegas este juego diez veces, la probabilidad de que al menos una de ellas tenga éxito se acerca a la certeza. Se convierte en una inevitabilidad matemática.
Esta es la "Larga Guerra de las Startups". La victoria no pertenece al genio que tuvo suerte en el primer intento (aunque todos los envidiamos). La victoria pertenece al luchador constante (grinder) que se quedó en la mesa el tiempo suficiente para que las probabilidades se alinearan.
Conclusiones Prácticas
Entonces, ¿cómo aplicamos esta mentalidad de póquer a nuestro trabajo diario?
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Acorta la Duración de la Mano: En el póquer, una mano toma 2 minutos. En las startups, una "mano" puede tomar 2 años. Eso es demasiado lento. Reduce tus ciclos de retroalimentación. ¿Puedes validar una función en 2 semanas? ¿Puedes probar un mercado en 2 días? Cuantas más manos juegues por año, más rápido mejorará tu algoritmo.
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No Persigas las Pérdidas: Esta es la "Falacia del Costo Hundido". Si el mercado (la mesa) muestra claramente que no puedes ganar, retírate. No quemes otros 6 meses de runway solo porque ya pasaste 6 meses construyendo. Guarda tus fichas (tiempo y dinero) para una mejor mano.
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Gestión del Bankroll: Un jugador profesional nunca pone el 100% de su patrimonio neto en una mesa. Como fundador, protege tu cordura y tus finanzas personales. No te quemes tanto en el Proyecto A que mentalmente no puedas permitirte empezar el Proyecto B.
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Revisa tu Cinta de Juego: Los jugadores profesionales analizan sus manos después del juego. ¿Tú lo haces? Después de que un lanzamiento falla, ¿simplemente te deprimes? ¿O realizas un post-mortem sin culpas para actualizar tu modelo mental?
La Última Ficha
He visto a ingenieros brillantes renunciar después de un fracaso. He visto a desarrolladores promedio tener éxito simplemente porque siguieron enviando código (shipping).
La diferencia no fue el coeficiente intelectual (IQ). Fue la comprensión de que este es un juego infinito.
Estás construyendo un portafolio de experiencias. Algunas serán fracasos (pérdidas totales). Otras serán victorias modestas (vacas lecheras). Y si sigues optimizando tu ejecución y jugando las manos correctamente, eventualmente, conseguirás la mano ganadora.
Mantén tus fichas en la mesa. Baraja y reparte.

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Feng Liu
shenjian8628@gmail.com